Carlos Gabriel Cáceres, el Megapost de @gabrielcaceres44 @masajistagabrielok @charlycace

 

Carlos Gabriel Cáceres, modelo, actor, artista y masajista argentino, nacido en 1982, vive en el barrio porteño de Mataderos, conocido simplemente como @gabrielcaceres44, @masajista_gabrielok o @charlycace, fetichista de pies, calza 44/45 y le encanta posar sus bellos, enormes y olorosos pies ("Quesos" segun sus fans), ha intervenido en varias obras de teatro, incluyendo actuaciones en el prestigioso Teatro Colón, se autopercibe "Quesón", ha interpretado el rol de asesino en fan fiction"las crónicas de @gabrielcaceres44 y @ravelia_laquesonatatuada", publicada en post, cuentos, podcast y corto de cine.





"COMEDIA IGUAL A TRAGEDIA MÁS TIEMPO" (Woody Allen)


= GALERÍA 1 (FEET, PIES O "LOS QUESOS DE CARLOS GABRIEL CÁCERES")





















= GALERÍA 2 (MODEL) =



































= GALERÍA 3 (NUDE) =




















































= GALERÍA 4 (PICTURES) =











































BONUS TRACK, LA FAN FICTION DE @gabrielcaceres44 y @ravelia_quesona




Ya conocemos a Ravelia, la chica tatuada que tiene una extraña y enfermiza obsesión por los pies masculinos, el nombre Carlos y los asesinatos, tanto como asesina como asesinada y de la que hemos contado varias historias, ahora la tenemos de vuelta, pues nos han dicho que volvió a aparecer en forma furtiva en Instagram con su cuenta @ravelia_quesona, publicando otra vez sus fotos y mandando mensajes a hombres que se llaman Carlos y/o son fetichistas de pies como ella.
Y siempre consultando a la página @PiesMasculinos y sus cuentas satélites encontró un tipo al que consideró muy atractivo, por el simple hecho de tener unos pies que a ella le gustaron mucho, comenzó a soñar con esos pies, y eso que no se llamaba Carlos, sino Gabriel, sí, el tipo en cuestión era un joven actor y masajista llamado @gabrielcaceres44 y @masajistagabrielok.
El tipo estaba regalado, en la cuenta @masajistagabrielok ofrecía sus servicios como masajista y Ravelia no dudó en llamarlo para concertar una cita, y recibir unos masajes, deseaba probar aquellos pies, que en las fotos le parecían muy lindos. Viendo los dos Instagram de Cáceres, no había dudas que el chabón era gay.
- No importa – pensó Ravelia, la tatuada – es un tema de el, lo seduciré y tendré sexo con el, de todas formas, ya sea por la vía ordinaria, o con algún hechizo, y despues de probar sus pies, lo asesinaré, como ya hicé con otro Gabriel, que creo se llamaba Gabriel Martina, al que apuñalé salvajemente y le tiré un Queso.
Ravelia guardó entonces en su bolso un Queso y un cuchillo y fue a la cita con el masajista y actor, actor de segunda o tercera línea, cuarta tal vez, pero actor al fin, y mientras iba a la cita recordaba sus crímenes, principalmente cuando había cagado a tiros y a balazos a Fabricio Miranda (1) o al rapero conocido como Imrap o Imigrante rap (2), sus dos asesinatos favoritos como asesina.
Y Ravelia advirtió que tenía una pared repleta de fotos de Carlos Lazo, el Quesón de Barcelona (3), al que Cáceres parecía admirar con devoción cuasi religiosa.
- Lo apuñalaré, lo asesinaré, le tiraré un Queso, pero primero tengo que tener sexo con el, por más que sea gay, lo violaré, algo se me va a ocurrir – pensó Ravelia.
Gabriel empezó a hacerle los masajes y ella entonces le dijo:
- Te conocí gracias a la página de @PiesMasculinos, tenés unos pies espectaculares, me gustaría probarlos, olerlos, lamerlos, besarlos, chuparlos, seguro que huelen muy bien. Sos muy bello, se que quizás no te gustan las chicas, ví tus publicaciones, pero a mí me gustas mucho, sos preciosos, tus pies son esplendidos.
- Ja, ja, ja – se río Gabriel – bueno, muchas gracias, sí es verdad, no me gustan las chicas, y mis pies son muy lindos.
- Te pago lo que sea, Gabriel, quiero oler esos pies.
- No hace falta, te voy a dar el gusto, me caes muy bien, y aunque prefiero tener sexo con hombres, bueno, de vez en cuando, puedo probar otras cosas para variar un poco, ja, ja, ja.
Ravelia no lo podía creer, con muy poco, se le había concedido el deseo. Apenas unos segundos despues estaba oliendo, chupando, lamiendo y besando los pies del masajista, que eran espectaculares en serio, olían muy fuerte, muy fuerte…
- Que bien huelen para alguien que se llama Gabriel, tus pies son una cosa espectacular, me encantan, me fascinan, que lástima que te llamas Gabriel, deberías llamarte Carlos. Esto es Queso, Queso puro, serías un buen Quesón, me encanta esto.
- ¿Queso? ¿Carlos? Ja, ja, ja, ja – río el masajista, y continuo ofreciéndole sus pies a Ravelia, que los disfrutó por un largo rato.
- Lástima que no te gusten las chicas, me podrías penetrar, pero no se te va a parar lo que ya sabemos.
- Sí, se me para, estoy pensando en Carlos Lazo, el Quesón de Barcelona, mira todas las fotos que tengo de el en esa pared, es el amuleto que tenemos los gays en estos casos, mira como se me para, pienso en ese chabón y no puedo más, mira como se me para (3)
En efecto, Cáceres tenía el pene bien erecto y le ofreció una correcta penetración a Ravelia, que la tatuada disfrutó con gran intensidad y placer, para el fue solo una distracción, pero lo hizo con gran profesionalismo, y a la tatuada le gustó mucho. Pero lo bueno termina, y cuando la cosa termino, termino.
- Espero te haya gustado – le dijo Cáceres – tuviste suerte, soy gay, pero activo, mi marido, al que llamamos Bahiote, es el pasivo, y siempre nos hacemos pajas pensando en Carlos Lazo el Quesón de Barcelona. Ahora voy al baño.
Cáceres se metió al baño, Ravelia entonces fue a buscar el puñal y el Queso…
- Ahora cuando salga del baño, lo asesinaré, le clavaré el cuchillo y le tiraré un Queso, serás quesoneado Gabriel Cáceres, como lo fueron Fabricio Miranda, el Imigrante Rap, Martín Olguín y tantos otros, a esos los mate a balazos, pero a vos te acuchillaré, como hice con Fabricio Zuccarelli, Hugo Leal, Joaquín Sum, Gabriel Martina, y otros más, je, je, no imagina que soy una asesina serial, aunque espectacular el olor a Queso que tenía los pies, je, je. Pero recibirá su Queso, como corresponde.
Y Ravelia agarró el Queso, y lo iba a poner sobre un escritorio, para despues tirárselo a su nueva víctima, entonces vio que en un escritorio había varias boletas de luz, gas, agua, tarjetas de crédito y hasta un DNI, y la tatuada , por pura curiosidad, se acercó a ver aquello, y la sorpresa que se llevo fue rotunda…
Las boletas, el DNI, todo, estaba a nombre de “Cáceres, Carlos Gabriel”.
- ¡Nooooooooooooooooo! ¡Se llama Carlos! ¡Caaaaaarlooooooooooossssssssss! – gritó entonces Ravelia, mientras se le caían de las manos el puñal.
Cáceres salió del baño…
- ¿Qué pasa tatuada? – le preguntó Carlos Gabriel Cáceres.
Ravelia estaba aterrorizada, y se puso contra la pared y empezó a decir…
- ¡Te llamas Carlos! ¡Por eso tenes ese olor a Queso! ¡Sos un Quesón! ¡Como todos los hombres que me asesinaron en mis múltiples vidas! ¡Carlos Gonella! ¡Carlos Kramer! ¡Carlos Sebastián Beneitez! ¡Carlos Costa! ¡Carlos Fronte! ¡Carlos Matías Ferreira Paparamborda! ¡Carlos Paglieri! ¡Carlos Gabriel Pérez! ¡Carlos Samuel Zalazar! ¡Carlos Capelletti! ¡Carlos Habiague! ¡Carlos Missirian! ¡Carlos Zabala! ¡Sos uno de ellos!
- No todos los Carlos te asesinaron – le dijo Cáceres, mientras con sus guantes negros, agarraba el puñal – uno fue asesinado por vos, despues de que te intento asesinar, habló de Carlos Luciano Giacobone, ese actorzuelo que se hacía llamar “Luxiano Bone”, “Raúl Giaco” o “Carlos Giacobone”.
- Sí, es cierto, a uno lo asesiné, y le tiré el mismo Queso que me iba a tirar a mí.
- Ja, ja, ja – río Cáceres – claro, y yo te asesinaré y te tiraré el mismo Queso, el que me ibas a tirar a mí.
- Pensé que te llamabas Gabriel.
- Asi me conocen como actor y masajista, salvo mis familiares, que me dicen “Carly”, yo también googlee para ver quien carajos era, y averigüe quien sos, no se si estas viva, muerta, si sos un espectro, o si volves de la muerte, lo que sí se es que me tocó ser uno de los “Quince Carlos Asesinos para @couer_rouge” porque se que te llamaban así, ja, ja, asesina y asesinada, un juego más extraño, no se si tenes varios cuerpos o vivis simultaneamente en varias dimensiones paralelas, problema tuyo, tal vez vuelvas, tal vez no, ahora que se murió la Reptiliana, y que nadie sabe donde esta Dumitrescu, si no murió también, y con las Santillanas fuera de combate, estas definitivamente derrotada Ravelia, te asesinaré Ravelia, el destino es así, te voy a tirar un Queso, como hicieron los otros Carlos.
- ¡Noooooooooooooooooooooo! – gritó Ravelia, aterrorizada y presa del pánico.
Carlos Gabriel Cáceres le clavo entonces el puñal, una herida certera y profunda en el corazón, siguieron otras, alguna muy profundas, otras superficiales, decenas de puñaladas, una tras otra, Cáceres se dio cuenta que la tatuada estaba muerta, una vez más, pero la siguió apuñalando, hasta que dio por terminada la tarea.
- Queso – dijo Carlos Gabriel Cáceres, tras agarrar el Queso y tirarlo encima del cadáver de la tatuada.
Cáceres se convirtió así en el décimo quinto asesino de @Couer_Rouge o de @raveliaquesona, entre otros nombres de la tatuada en las redes, o mejor dicho, el décimo cuarto, porque en realidad, uno de ellos, Carlos Luciano Giacobone, había fallado en el intento y terminó quesoneado, como ya se dijo más arriba.
Pero Cáceres fue más alla, tomó el cuerpo de la tatuada, lo envolvió en sabanas, y lo sacó afuera, tratando de que nadie lo viera. Y nadie lo vio, entonces lo llevó a un lugar, cerca del aeropuerto de Ezeiza, un gran descampado, y tras armar una pira, al estilo de las piras paganas, quemó el cuerpo de Ravelia, si, hasta no dejar rastro alguno.
- Se que no es el estilo de los Quesones quemar cuerpos (y yo soy uno de ellos) pero con la tatuada no hay alternativa, no debe volver más, me lo dijo esa rumana que limpiaba en el edificio y que parece que esta muerta, porque nadie sabe de ella, la tatuada debe desaparecer, no puede volver nunca más, me toco a mí, a Carlos Gabriel Cáceres, entregarla definitivamente al infierno, que no vuelva más.
Y el asesino se fue con total impunidad, y quizás ya nadie más ni nunca más se sepa algo de Ravelia, la tatuada, que quizás ya queda atrapada en el más alla, para nunca más regresar, quizás… porque nunca se sabe.


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#QUESO

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