“Si uno compara esta realidad con los últimos diez años,
cuando la Argentina tuvo tantos cracks, se puede decir que no se está pasando
un buen momento, porque toda esa camada fue impresionante y es difícil que en
algún momento pueda aparecer algo igual. Va a ser difícil en la Argentina, e
incluso en países que tienen mucha más estructura, que hacen una gran inversión
en el tenis, y les cuesta que salgan jugadores. Pero hay tenistas que pueden
hacer que el tenis argentino siga siendo importante, y creo que la presencia de
Juan Martín (del Potro) va a ser importante para eso. Ojalá que vuelva con el
nivel que nos tiene acostumbrados, porque es el plus para que los demás tengan
motivación de seguir un camino; es fundamental que Del Potro esté arriba por
muchos años más, es joven”, analiza Carlos Berlocq.
Aquí, al margen de su resultado, se quejó de ser reconocido
sólo por su espíritu de sacrificio: “Acá no es sólo garra y corazón;
sinceramente hay muchas cosas que uno tiene y que más allá de que quizá no sea
tan vistoso, hay partes del juego que uno va trabajando y logrando. La verdad
es que muchas veces no ven eso”.
El Titán de Chascomús, de 31 años, es una pieza importante.
Muchos lo ven como un ejemplo. “Lo es porque pocos son tan trabajadores como
él. Berlocq vive y respira tenis las 24 horas. Y está donde está porque siempre
progresó. Volvió de dos operaciones muy importantes, que en su momento le
habían impedido consolidarse, pero siempre tuvo potencial, y ahora, con
maduración, lo logró”, comenta el preparador físico Bernardo Carberol, que
trabaja con Tipsarevic y Berankis, entre otros.
En este momento, Berlocq ocupa el puesto 47º del ranking,
sólo superado entre los argentinos por Del Potro y por Federico Delbonis (34°),
que aquí cayó en su debut frente al serbio Dusan Lajovic.
Si bien no les fue muy bien a Pico, Berlocq ni Delbonis, este Roland
Garros ofreció, como aspectos positivos, los avances de Facundo Bagnis, Diego
Schwartzman y Facundo Argüello; los dos primeros superaron la qualy y pasaron
una rueda en el cuadro principal, mientras que el cordobés, que ingresó de
manera directa, le jugó de igual a igual a un rival muy experimentado como
Stepanek.
(En esta foto es asombroso el parecido de Carlos Berlocq a Matías Almeyda)
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